Un automóvil que choca y vuelca en la céntrica Via Gaetano Daita (ciertamente no en la línea recta de la pista de carreras de Monza) probablemente no sea el requisito previo correcto para plantear la cuestión de la seguridad con respecto a los problemas estructurales de una ciudad.
Aunque lamentamos mucho sacar a la luz esta historia que merece reflexión y dolor, al margen de las declaraciones del comandante de la Policía Municipal, Gabriele Marchese, queremos hacer algunas consideraciones para que este episodio pueda enséñanos algo.
Específicamente, el comandante Marchese manifestó que quería revisar las reglas de los dehors(espacios abiertos equipados con mesas, sillas, típicos de bares y restaurantes), como incidentes del generalmente podrían haber causado daños mucho mayores si el crimen hubiera ocurrido en las calles caracterizadas por estas configuraciones espaciales (vía La Lumia, llena de habitaciones es paralela a la carretera del accidente).
Por lo tanto, la medida más común sería revocar las autorizacionesa varios establecimientos comerciales para prevenir dichos riesgos. Volvamos a la entrada de este artículo: la dinámica reconstruida del accidente sugiere que las causas son atribuibles a la pérdida de controldel vehículo.
Por lo tanto, en estas precisas condiciones, todas las áreas del tejido urbano habrían estado en peligro. En este sentido, cabe señalar que el lugar del accidente ciertamente no es un punto de viaje de alta velocidad, razón por la cual la asociación y el momento de esta declaración no parecían muy apropiados.
Incluso un niño en edad escolaren la acera podría ser víctima de un vehículo fuera de control.
Para evitar dudas, una modificación del reglamento es una práctica absolutamente normal y deseable si mejora o evita situaciones críticas.
Pero con respecto al caso planteado, es decir el de los dehors, no vemos las condiciones para cuestionar a toda la categoría indiscriminadamente ante un incidente totalmente fuera de control por cualquier situación considerada.
Al precisar que el escritor no tiene interés alguno en la categoría, ya que no posee ninguna actividad comercial en la calle, es posible ampliar el razonamiento: muchas zonas peatonales o similares se caracterizan por una vocación puramente comercial, con gran presencia de peatones y actividades recreativas que utilizan el espacio público sin ningún tipo de protección.
Muchas situaciones en la ciudad son potencialmente peligrosasy merecen más atención.
Sólo los recientes informes relativos a los atentados terroristas han inducido a las administraciones a preservar las zonas de mayor interés para la ciudad. Todo lo demás fue y es "negocios como de costumbre".
Que las concesiones se revisen partiendo de los supuestos correctos: uso no autorizado, peligro ponderado para la comunidad, decoración urbana, siempre en cumplimiento de la normativa vigente por supuesto.
No creemos que el episodio del vuelco de un automóvil fuera de control deba crear ese precedente que influya en cualquier decisión de aquí en adelante.