Un enano estado europeo, que cualquiera puede cruzar a pie en tan solo una hora, Mónaco, sin embargo, es uno de los centros culturales del Viejo Mundo y el objeto de deseo de muchos viajeros. El principado es famoso, en primer lugar, por su casino en Montecarlo y la etapa regular de las carreras de Fórmula 1 que se celebran aquí. Para aquellos que no pueden imaginar sus vacaciones sin conocer las costumbres y la vida de los residentes locales, las tradiciones de Mónaco pueden parecer bastante entretenidas.
¿Quiénes son los monegascos?
En el estado enano, solo hay unas 35 mil personas viviendo allí. La mayoría son monegascos. Este es el nombre oficial de los ciudadanos del principado y solo a ellos se les permite establecerse en la ciudad vieja. Los monegascos están exentos de pagar impuestos y obtener la ciudadanía aquí no solo es difícil, sino muy difícil.
La tradición familiar de Mónaco tiene una larga historia. Es costumbre pasar juntos las principales fiestas religiosas en el principado y, por lo tanto, incluso los miembros de la familia que viven en otras partes del mundo seguramente volarán a Mónaco para Navidad o Pascua.
Una de las tradiciones más antiguas de Mónaco es el ritual de la rama de olivo y el vino. En Nochebuena, el cabeza de familia sumerge una rama de olivo en el vino y hace la señal de la cruz sobre una chimenea encendida. La ceremonia simboliza el deseo de paz y prosperidad para el hogar y sus habitantes.
El brillo y la pobreza de Montecarlo
Uno de los distritos de Mónaco se llama Monte Carlo y es aquí donde se encuentra el casino más famoso del mundo. Tradicionalmente, en Mónaco es necesario jugar a la ruleta para intentar agarrar la suerte por la cola.
El casino de Montecarlo abrió en 1863. Se asumió que los ingresos del negocio del juego salvarían a la familia principesca de la bancarrota. Las pérdidas económicas de la familia en ese momento eran demasiado tangibles, debido a la fragmentación del principado.
Desde entonces, miles de jugadores han arruinado el banco en esta lujosa mansión, pero aún más de ellos han perdido fortunas, quebraron e incluso se quitaron la vida en el muelle más cercano. Existe una leyenda que dice que el portero del casino siempre guarda una moneda en su bolsillo para darle al perdedor la oportunidad de llamar un taxi al hotel.
Curiosamente, de acuerdo con la tradición de Mónaco, los ciudadanos de este país tienen prohibido ingresar a las salas de juego del casino, por lo que para visitarlo es necesario tener un pasaporte extranjero.