Descripción de la atracción
La Abadía de Novaleza es un antiguo complejo religioso fundado en el siglo VIII y ubicado en la comuna de Novaleza en el valle italiano de Val di Susa.
La historia de la abadía se remonta al lejano 726 año: fue fundada por orden del gobernante franco de Susa Abbon para controlar el paso de Moncenisio. En esos años, los monasterios estaban ubicados en lugares estratégicamente importantes, y los francos los usaban a menudo como punto de partida para sus campañas de conquista. El primer abad de la abadía, un tal Godone, fue nombrado por el mismo Abbon.
De los gobernantes francos Pipino el Breve y Carlomagno, Novalez recibió numerosas ventajas, entre las que se encontraban el derecho a elegir un abad y la independencia de las instituciones seculares y religiosas. Con el tiempo, la posesión de la abadía se extendió hasta Liguria, y estuvo en estrecha relación con la Abadía de San Colombano en la ciudad de Bobbio en la región italiana de Emilia-Romagna. En 817, Novaleza pasó a ser propiedad de la orden benedictina y floreció en 820-845 bajo el abad de Eldaro.
Desafortunadamente, en 906, la abadía fue destruida por los sarracenos y los monjes huyeron a Turín. Pasando por la localidad de Lomellina, construyeron allí el monasterio de Breme. Entre los monjes fugitivos se encontraban Justus y Flaviano, posteriormente canonizados, que fueron asesinados por los sarracenos en la ciudad de Ulks. En el siglo XI, Novaleza fue reconstruida y, junto con los municipios de Ferrera y Venaus, formó una especie de cinturón eclesiástico, que ha mantenido su independencia durante muchos siglos.
En 1646, la abadía pasó a ser propiedad de la Orden del Císter, que la gobernó hasta 1798, cuando fue expulsada por el gobierno de Piamonte. Un par de años más tarde, en 1802, Napoleón confió la dirección de Novaleza a los monjes trapenses, que supuestamente facilitarían el paso de las tropas francesas por el paso de Moncenisio. Posteriormente, tras la aprobación de la ley de abolición de los monasterios, los novicios de la abadía se vieron nuevamente obligados a abandonarla. Los edificios subastados del complejo religioso se han convertido en hotel y biblioteca del seminario. Sólo en 1972, el gobierno de la provincia de Turín compró el complejo del monasterio de Novaleza y volvió a entregarlo a la orden benedictina.
La Abadía de Novaleza ha conservado vestigios de todas las épocas pasadas. En la iglesia, construida en el siglo XVIII sobre los cimientos de un templo románico más antiguo, se pueden ver fragmentos de frescos, entre los que merece especial atención la imagen de San Esteban apedreado, realizada en el siglo XI. El claustro de la iglesia fue construido en el siglo XVI. Junto al monasterio hay cuatro capillas: Santa María (siglo VIII), San Salvatore (mediados del siglo XI), San Michele (siglos VIII-9) y San Eldrado, que destaca por su ciclo de frescos de finales del siglo XI.