Descripción de la atracción
Rocca Paolina no fue la primera fortaleza construida en Perugia. En el siglo XIV, durante las campañas militares del cardenal Egidius Albornozo, que intentó apoderarse de los territorios de Toscana y Umbría por orden del papa Inocencio VI, exiliado en Aviñón, Perugia volvió a estar bajo el control de la Santa Sede. Para conmemorarlo, Albornozo en 1373 ordenó la construcción de una fortaleza en el cerro más alto de la ciudad de Colle del Sole (493 metros). Diseñada por el arquitecto Gattapone da Gubbio, la fortaleza, llamada Rocca del Sole, era la más grande en ese momento. Pero, a pesar de esto, tres años después, fue destruido por los vecinos durante el levantamiento. Todo lo que queda hoy es la base de los enormes muros sobre los que se fundó la moderna Piazza Rossi Scotti. Por cierto, esta plaza ofrece una maravillosa vista de los Apeninos en el este.
En 1540, durante el pontificado del Papa Pablo III, Perugia fue la última ciudad libre de Italia y fue conquistada durante la llamada Guerra de la Sal. Al mismo tiempo, el pontífice encargó a Antonio da Sangallo, el más joven, la construcción de otra fortaleza en la colina de la ciudad de Colle Landone, llamada Rocca Paolina. Para ello, fue necesario arrasar toda la zona residencial de San Giuliano, incluidos todos los edificios de la familia Baglioni, que tanto odiaba el Papa. Más de un centenar de casas, así como iglesias y monasterios fueron destruidas, y las piedras de ellas se utilizaron como material de construcción para la construcción de la fortaleza. Solo en 1848, Rocca Paolina, símbolo del odiado poder papal, fue demolida parcialmente.
Hoy, el Centro del Museo está abierto dentro de Rocca Paolina, donde puede familiarizarse con la historia y el patrimonio artístico de Perugia. Muy cerca se encuentran el Palazzo del Governo, donde se encuentra el gobierno de Umbría, y la plaza Piazza Italia con hermosos edificios de diferentes épocas. En el centro de la plaza se encuentra un monumento al rey Vittorio Emmanuele II.