Helsinki es la capital y ciudad más grande de Finlandia, así como el centro económico, político y cultural del país.
Fundación y formación de la ciudad
La ciudad de Helsinki fue fundada en 1550 por orden del rey sueco Gustavo I y se llamó "Helsingfors". Se asumió que la ciudad se convertiría en un gran centro comercial y crearía un digno competidor del Hanseatic Revel (Tallin). A pesar de una serie de esfuerzos por parte de los suecos, el puerto poco profundo, en cuyas costas se encontraba originalmente Helsingfors, fue un serio obstáculo para el desarrollo de la ciudad como un importante centro comercial, y después de los resultados de la Guerra de Livonia. Reval también estaba bajo el control de la corona sueca, el desarrollo del comercio en Helsingfors ya no era una prioridad para los suecos. En 1640, no obstante, el centro de la ciudad se trasladó a la desembocadura del río Vantaa, pero esto no reactivó el comercio, y durante los siguientes cien años, Helsingfors siguió siendo solo una pequeña ciudad de provincias. En 1710, como resultado del brote más fuerte de peste, la población de la ciudad se redujo significativamente.
Habiendo sufrido una aplastante derrota en la Guerra del Norte (1700-1721) y habiendo perdido una parte impresionante de sus posesiones, los suecos, entendiendo claramente la continua amenaza de agresión del Imperio Ruso, se encargaron de fortalecer a fondo sus fronteras. Entonces, en 1748, comenzó la construcción de la fortaleza de Sveaborg (o Suomenlinna) en las islas cercanas a Helsingfors. El proyecto a gran escala sirvió como una especie de catalizador para el crecimiento y desarrollo de la ciudad, y también afectó favorablemente el bienestar de sus residentes.
Ciudad capital
En septiembre de 1809, se firmó el Tratado de Paz de Friedrichsgam, que puso fin a la Guerra Ruso-Sueca (1808-1809), entre el Imperio Ruso y el Reino de Suecia, según el cual Finlandia pasó a formar parte del Imperio Ruso como un principado autónomo. Tres años más tarde, por decreto del emperador Alejandro I, la capital del Gran Ducado de Finlandia se trasladó de Turku a Helsingfors. Probablemente, esta decisión fue causada por la relativa ausencia de una influencia sueca excesiva en Helsingfors y la proximidad a San Petersburgo, lo que, por supuesto, le dio al Imperio ruso una serie de ventajas y oportunidades adicionales para asegurar el control sobre el gobierno finlandés. El deseo de debilitar la influencia de Suecia tanto como sea posible dictó el estímulo activo del desarrollo del idioma finlandés por parte de las autoridades rusas, y a finales del siglo XIX (en gran parte debido a la intensa migración de las provincias finlandesas a Helsingfors), el equilibrio demográfico y lingüístico de la ciudad cambió radicalmente a favor de los finlandeses. La planificación urbana a gran escala iniciada por el emperador Alejandro I cambió drásticamente la apariencia arquitectónica de la ciudad y amplió significativamente sus límites. A finales del siglo XIX, la ciudad se convirtió en el centro económico y cultural de Finlandia.
Helsingfors retuvo el estatus de capital después de la firma de la Declaración de Independencia de Finlandia en diciembre de 1917. Es cierto que desde entonces la ciudad lleva oficialmente el nombre de "Helsinki".
En la actualidad, Helsinki es considerada una de las ciudades más habitables del mundo, aunque también es una de las más caras.