La Gran Ruta de la Seda pasó una vez por el territorio de la actual Uzbekistán. Sus ciudades se convirtieron en un refugio para representantes de diversas nacionalidades, y sus habitantes absorbieron, como una esponja, todos los mejores y más avanzados logros que traían los extranjeros. Multiplicada por nuestros propios talentos y habilidades, la nueva experiencia dio sus frutos y la cultura de Uzbekistán se convirtió en una de las más importantes de Asia Central.
UNESCO en guardia de monumentos
Los turistas que van a Uzbekistán, en primer lugar, se esfuerzan por ver los magníficos monumentos de su arquitectura medieval. La UNESCO ha optado por incluir algunos de ellos en su Lista del Patrimonio Mundial para preservar las creaciones únicas de arquitectos y constructores:
- El punto clave de la Gran Ruta de la Seda es la antigua ciudad de Samarcanda, que también fue la capital del imperio de Tamerlán. Fue fundada ocho siglos antes del inicio de una nueva era, y los famosos monumentos arquitectónicos, la mezquita Bibi Khanum, el conjunto Shahi Zinda o la madraza Ugulbek, hacen latir de emoción los corazones de muchas generaciones de viajeros.
- El centro histórico de la ciudad de Bukhara, cuya edad es claramente de más de dos mil quinientos años. Las principales reliquias arquitectónicas son la fortaleza Ark y el mausoleo Samanid.
- El centro de la ciudad de Khiva, llamado Ichan-Kala y construido a más tardar en el siglo XIV.
- El antiguo centro de Shakhrisabz, fundado hace más de 2700 años. Es de particular importancia en la cultura de Uzbekistán, ya que es el lugar de nacimiento de Tamerlán.
Conservado a lo largo de los siglos
Una de las áreas más importantes de la cultura de Uzbekistán son las bellas artes, especialmente la pintura de paisajes, que sirvió como adorno para palacios y edificios. La escuela de la miniatura de Asia Central, que surgió en Bukhara, alcanzó un florecimiento especial en el siglo XIV, y sus mejores obras maestras están asociadas con el brillante artista Bekhzod. Los motivos indios y chinos se rastrean en las obras de miniaturistas, lo que enfatiza la importancia de la ubicación geográfica del país para el desarrollo de la cultura de Uzbekistán.
No menos importante es el arte de tejer alfombras, que también es una especie de pintura. Artesanas de Samarcanda y Bukhara crearon alfombras cuyo valor artístico alcanza las más altas calificaciones. Las agujas modernas guardan cuidadosamente los secretos de las bisabuelas y fabrican alfombras de seda y lana según los dibujos de artistas antiguos, lo que permite que el fino hilo que conecta a muchas generaciones no se interrumpa.