Se considera que los alemanes son un modelo de puntualidad, limpieza y pedantería, y las ciudades alemanas se consideran el colmo de la precisión y el racionalismo. Este es en parte el caso, pero las tradiciones de Alemania, como el propio país, son muy diversas y heterogéneas. Son las costumbres del pueblo las que permiten a cualquier nación identificarse, y en este sentido, cualquier alemán, encontrándose al otro lado del mundo, reconoce fácilmente a su compatriota, incluso si no habla su lengua materna.
Rutina diaria y carácter nacional
Históricamente, los alemanes trabajaron mucho en la tierra y, por lo tanto, su rutina diaria estaba completamente subordinada al horario agrícola. Las tradiciones modernas de Alemania son también la madrugada de sus habitantes y las luces apagadas a más tardar a las 22 horas. Por eso no es costumbre llamar por teléfono después de las nueve de la noche, o quedarse demasiado tiempo en una fiesta. Y por la mañana, por el contrario, ya a las siete en punto cualquier alemán está bastante disponible por teléfono y no considerará una falta de respeto a sí mismo una llamada temprana.
La puntualidad de los alemanes se ha convertido en un proverbio, y la gente de Alemania espera lo mismo de sus invitados. Por cierto, no merece la pena visitarlo sin previo aviso, y al día siguiente es recomendable agradecer a los anfitriones la cálida bienvenida por teléfono o correo electrónico.
Pasión por la cerveza
Una de las principales tradiciones en Alemania es el Oktoberfest anual. Esta es una fiesta bávara, pero su popularidad ha llevado al hecho de que en Múnich durante sus días puedes conocer gente de todo el mundo. Comparten un amor apasionado por la cerveza, y la tradición del Oktoberfest se remonta a la boda del príncipe heredero Luis con la princesa Teresa en 1810. Los recién casados quedaron tan fascinados entre sí que invitaron a todos a celebrar la boda. Bavaria bebió cerveza durante cinco días y desde entonces decidió celebrar otro aniversario de la festividad con un festival de la cerveza.
Pequeñas cosas útiles
Al ir a Alemania, es importante conocer ciertas reglas, cuya observancia permitirá que el viaje transcurra de manera cómoda y positiva:
- La ley sobre fumar prohíbe fumar en vehículos y oficinas. Sin embargo, cada región de Alemania tiene sus propias adiciones y, por lo tanto, es importante controlar cuidadosamente las señales de prohibición para no recibir una multa.
- En general, las infracciones administrativas, según las tradiciones de Alemania, se castigan con bastante severidad. Por ejemplo, un viaje gratis en autobús o tranvía puede costar hasta 50 euros.
- Cuando vaya a una recepción o cena, preste atención al código de vestimenta recomendado. Suele estar indicado en la invitación.
- Al comunicarse con los alemanes, no se olvide del concepto de "espacio personal". Aquí es costumbre estrechar la mano solo con conocidos muy cercanos.