Islandia fue habitada por los descendientes de los vikingos escandinavos a finales del siglo IX. Así apareció un pueblo pequeño, pero muy peculiar, cuya cultura se parece poco a todas las demás europeas. La razón de esta rareza es el aislamiento y la soledad de la isla y, por lo tanto, las tradiciones de Islandia son tan raras y únicas.
¿Lo que hay en un nombre?
La primera sorpresa acecha a un extranjero cuando acaba de conocer a los habitantes de la isla. Los islandeses … no tienen apellidos, y el nombre de cada persona se "proporciona" sólo con un patronímico. Su final significa "hijo" para un niño y, en consecuencia, "hija" para una niña. Al casarse, una mujer islandesa se queda con su apellido-patronímico y resulta que no coincide no solo con el de su marido, sino también con el de los hijos.
Sin embargo, una tradición islandesa tan extraña evita el uso de apellidos por intereses personales. Los niños no pueden jactarse de la fama de sus antepasados y, por lo tanto, una persona es evaluada aquí únicamente por sus cualidades y méritos personales.
Lopapeis en el armario
El clima de Islandia no permite a sus habitantes lucirse con ropa ligera, y por ello los descendientes de los vikingos desde tiempos inmemoriales crían ovejas para hacer cosas prácticas y cálidas con su lana. Los famosos suéteres, tejidos según las tradiciones islandesas, se llaman "lopapeis". Son suéteres o jerseys cálidos, cuya parte superior está decorada en un círculo con un adorno nacional. Dicha ropa no solo es cálida, sino que también repele el agua y, por lo tanto, sirve como top durante el húmedo verano islandés.
Además de la ropa práctica, las ovejas aportan leche y carne, que forman la base de la mayoría de los platos de la cocina nacional. Las tradiciones pesqueras de Islandia traen carne de tiburón y ballena a la mesa de sus habitantes. La comida más exótica se llama hakarl. Es una pulpa de tiburón descompuesta y especialmente encurtida, envejecida durante seis meses en una salmuera especial.
Sagas y Nobel
Las tradiciones musicales y literarias de Islandia son motivo de especial orgullo para su gente. Las descripciones de la vida vikinga basadas en hechos reales se pasan de boca en boca y se interpretan con el acompañamiento de instrumentos musicales populares. Las histéricas melodías de Shepherd son como los valles de Islandia. Son largos y fibrosos, y su interpretación requiere resistencia y paciencia tanto del solista como del público.
Los escritores de saga han inspirado a muchos escritores que han dado verdadera fama a su gente en el campo de la literatura mundial. Uno de los más famosos es Haldor Lasness, que incluso ganó el Premio Nobel de 1955.