El principal símbolo heráldico de una de las ciudades españolas, además de los elementos bastante familiares, símbolos del poder real, contiene la imagen de un murciélago, y este es el escudo de armas de Valencia. En la práctica mundial, el único caso en el que un animal inusual toma la posición de un símbolo oficial.
Escudo del Reino de Aragón
El resto de elementos que se ubican en el moderno escudo de Valencia son en un grado u otro ya familiares para los aficionados a la ciencia heráldica. Además, la mayoría de ellos migraron al cartel oficial de la ciudad desde el escudo del Reino de Aragón.
La composición heráldica de la ciudad es interesante: está abierta, no tiene un escudo, en su lugar en la parte central hay un rombo cuadrado, pintado en rayas verticales escarlata y doradas. Además de este importante símbolo, el signo heráldico de Valencia contiene:
- ramas de laurel como marco de la composición;
- dos letras latinas "L", coronadas con coronas de oro;
- gran corona real;
- imagen de un murciélago.
La paleta de colores es bastante rica, el color dorado (amarillo) está presente en la coloración del elemento central, letras y coronas. Un lugar importante lo ocupa la esmeralda, ya que las ramas de laurel son bastante grandes, y además de ellas se muestran en verde piedras preciosas en las coronas. El escarlata también se usa para joyas y franjas de diamantes.
El negro, el color de un murciélago, luce algo desafiante en esta armoniosa compañía, y ella misma ocupa una posición dominante, completando la composición.
De símbolo no oficial al escudo de armas de la ciudad
Los historiadores españoles afirman que el murciélago apareció en el escudo de armas en 1503. Pero en la historia se notó mucho antes, la primera mención en los anales asociados a ella se remonta al reinado de Jaime I el Conquistador, rey de Aragón, que conquistó Valencia a los moros.
Hay varias leyendas asociadas con esta regla y el murciélago. Según uno de ellos, el pájaro alado se posó en el casco de Jaime I, advirtiendo así de la necesidad de tener cuidado. Otra leyenda, aún más hermosa, dice que un murciélago le salvó la vida al rey aragonés, porque le disparó una flecha al monarca. Hasta el siglo XVII, el murciélago siguió siendo el símbolo no oficial de la ciudad hasta que ocupó su lugar en el escudo de armas.
Las letras latinas aparecieron en el símbolo heráldico mucho más tarde. Se trata de una especie de obsequio del rey Pedro IV a la ciudad, quien mostró lealtad durante la guerra entre los reinos de Aragón y Castilla. Ramas de laurel: una recompensa del rey Fernando VII por la defensa de la ciudad del ejército de Napoleón.