Las cascadas en Noruega son un fenómeno fascinante que se puede encontrar casi a cada paso. Vale la pena señalar que el país cuenta con alrededor de 900 glaciares que se derriten para formar cascadas que caen hermosamente en los fiordos.
Kyosfossen
En la parada de la cascada en el verano, se organiza un espectáculo para los turistas con música y la aparición de una niña con un vestido rojo detrás de las piedras, que comienza a bailar en círculo (la leyenda sobre una niña llamada Huldra está conectada con este). Kyosfossen es único porque alimenta el ferrocarril de Flåm con electricidad.
Weringsfossen
La cascada de 180 metros se puede admirar desde varios puntos, pero los mejores están "al acecho" al pie (si lo desea, puede recorrer la ruta de senderismo que pasa por la cascada y se extiende por más de 150 km - los viajeros tendrá rincones pintorescos y lugares para relajarse) y en la cima.
Arriba, los viajeros esperan una plataforma de observación, desde donde se abren panoramas impresionantes. Podrán realizar el ascenso “serpenteando” por el sendero, que consta de 125 curvas cerradas (a lo largo del mismo hay varios sitios pensados para detenerse y organizar picnics, así como para filmaciones panorámicas).
Winnufossen
Es una cascada, con una altura total de más de 850 m. Se divide en varias partes, literalmente “abraza” a los árboles (los viajeros no quedarán indiferentes ante las vistas de vegetación verde y arroyos en tonos celestes).. Incluso puede admirar Winnufossen desde la autopista E70, pero se recomienda planificar su viaje durante un período en el que prevalece el clima sin nubes.
Mardalsfossen
Admire la cascada (logró “domesticar” a una persona), con una altura total de hasta 700 m (de las cuales las más grandes son 2 cascadas), los viajeros están permitidos en un horario determinado (09: 00-21: 00) desde finales de junio hasta finales de agosto (en otro tiempo “trabaja” para las necesidades de la central hidroeléctrica).
Steindalsfossen
La cascada de 50 metros es un objeto famoso y fotografiado en Noruega (vale la pena planificar una visita en mayo-julio). La fama le fue traída por el sendero peatonal, que pasa por debajo de la cascada, permitiendo que quienes caminan por ella admiren el agua que cae (por la noche el agua se ilumina con reflectores, lo que crea una atmósfera misteriosa). Aquellos que lo deseen pueden comer algo en un café o comprar recuerdos en una tienda cercana.