Descripción de la atracción
La sala de bombas para beber Bad Ischl solía ser parte de un antiguo hospital, y hoy es un monumento arquitectónico y está bajo protección estatal.
La sala de bombas fue construida por Franz Loessl en 1829 y recibió sus primeros visitantes en 1831. En aras de la justicia, cabe señalar que ya existía un salón de bebidas en Bad Ischl. Sin embargo, el nuevo edificio con columnas corintias ayudó a atraer a un público más amplio, lo que afectó de inmediato la popularidad del complejo. A los invitados se les ofreció no solo aguas minerales para beber y bañarse, sino también suero, que era extremadamente raro para esa época.
En el período comprendido entre 1851 y 1853, se agregaron dos alas al edificio, lo que amplió significativamente la capacidad de la sala de bombas.
Sin embargo, en el siglo XX la sala de bombas cayó en decadencia y en los años 60 incluso se consideró la posibilidad de su demolición. Tras prolongadas disputas, se decidió no solo anular el derribo, sino también llevar a cabo las medidas de restauración tan necesarias para el edificio.
Hoy, dentro de las paredes de la antigua sala de bombas, se encuentra la Oficina de Turismo de Bad Ischl, se llevan a cabo varias exposiciones, así como recepciones internacionales. En concreto, en 1999, se proclamó el Año de Strauss, la exposición “Johann Strauss, qué sé yo de él. Brillo y oscuridad en la vida del rey del vals. En 2006, tuvo lugar una reunión de los ministros de juventud de la comunidad europea, y en 2008 abrió sus puertas la exposición People, Myths, Monarchs, que habla de la importancia de Bad Ischl en la vida de la familia imperial austriaca.