Descripción de la atracción
El Templo de la Reina Hatshepsut es un antiguo monumento ubicado en el desierto cerca de Tebas, más específicamente en Deir el-Bahri. El templo fue encontrado durante excavaciones en el siglo XIX, junto con el descubrimiento de varios templos conmemorativos más.
En la antigüedad, el templo se llamaba Jeser Jeseru, que significa "el más sagrado". Fue construido durante nueve años desde 1482 hasta 1473. antes de Cristo NS. en el séptimo año del reinado de la faraona Hatshepsut. La arquitectura del templo estuvo a cargo de Senmut, conocido como un destacado arquitecto y estadista.
El templo tiene un parecido externo al palacio-tumba de Mentuhotep e incluso se considera su continuación, a pesar de que es de mayor tamaño. La estructura está parcialmente cortada en la montaña y tiene aproximadamente cuarenta metros de ancho. Su componente principal son tres grandes terrazas, decoradas con hileras de columnas de piedra caliza blanca, visualmente similares a panales. En el centro de cada terraza hay una rampa que conduce al piso de arriba. En el interior del templo hay una gran cantidad de habitaciones que fueron santuarios y salas de enterramiento. La decoración principal del templo son numerosas estatuas y esfinges con el rostro de la reina, así como pinturas antiguas que representan diversos eventos durante el reinado de la reina. La terraza inferior linda con un largo callejón de unos cuarenta metros de ancho, plantado con mirra y esfinges arenosas. Hay tres escalones que conducen al templo en forma de grandes terrazas. Anteriormente, en estas terrazas se colocaron jardines completos, se plantaron árboles y se equiparon estanques.
La reina Hatshepsut se convirtió en gobernante soberana de Egipto después de la muerte de su esposo Thutmosis II y desde el primer año de su reinado comenzó la construcción de estructuras grandiosas, incluida una tumba para ella. Como resultado, el templo rocoso se convirtió en la estructura más grande y rica de esa época. El lugar para la construcción del templo no fue elegido por casualidad. Debido a la proximidad al templo de Mentuhotep, que se convirtió en el fundador de la XVIII dinastía de los faraones, Hatshepsut quiso enfatizar su derecho al trono.