Descripción de la atracción
El primer monasterio del Nuevo Mundo se construyó en Santo Domingo. Sus dueños fueron monjes franciscanos. Ahora de este complejo de piedra, erigido sobre una colina y rodeado por una valla metálica, solo quedan ruinas que sirven de telón de fondo ideal para diversos festivales y conciertos. Los turistas no se olvidan del edificio sagrado.
La construcción del monasterio se inició en 1509 por orden de Nicolás de Ovando y se prolongó durante 50 años. El conjunto monástico gótico y renacentista consta de un edificio residencial y dos capillas adyacentes. Varias personas prominentes están enterradas en el territorio del monasterio: un viajero, un miembro de la expedición de Colón Alonso de Ojeda y Bartolomeo Colón, el hermano del gran navegante. Las cenizas de estas personas fueron descubiertas por arqueólogos.
Sobre la entrada principal se puede ver la imagen del escudo de armas de los franciscanos, que debería recordar una vez más a los transeúntes sobre los propietarios de este edificio. Hubo un tiempo en que el monasterio fue ocupado por militares y transformado en fortaleza. En aquellos días, los habitantes de Santo Domingo llamaban al santo monasterio la Casa del Diablo, porque en su territorio se mantenía a los detenidos. Hasta el día de hoy, cerca del complejo del monasterio, se han conservado agujeros en el suelo, en los que, según algunos científicos, vivían los desafortunados prisioneros.
El monasterio fue dañado por primera vez durante una redada en la ciudad de Francis Drake. Luego hubo dos terremotos en la ciudad, que tampoco perdonaron al monasterio. En el siglo XVIII, el monasterio fue restaurado y convertido en hospital para locos. Finalmente, en 1930, después de que azotara un huracán, se decidió no reconstruir el monasterio.