Descripción de la atracción
Los jardines de Montagnola en Bolonia, a pesar de su nombre, son más un parque que los jardines ordinarios. Están ubicados en la colina de Montagnola, creada artificialmente, que se eleva 60 metros sobre la ciudad. Al pie de la colina hay una enorme estatua: el Monumento al Pueblo, dedicado a todos los que murieron el 18 de agosto de 1848. Este día se considera el más importante en la historia de Bolonia de la unificación de Italia. El monumento representa a un soldado austríaco caído, sobre quien se alza un italiano jubiloso, sosteniendo un tricolor en sus manos, un símbolo de la unidad de la nación. El autor del monumento, erigido aquí en 1903, es el artista boloñés Pasquale Rizzoli.
Érase una vez en el sitio del parque actual había un bosque con pastos cubiertos de hierba, sin embargo, a partir de 1662, por iniciativa de un tal Paolo Canali, comenzaron transformaciones a gran escala: caminos para carruajes de caballos y paseos a caballo. puestas, representaciones teatrales al aire libre, juegos y reuniones públicas. Así es como los jardines de Montagnola se convirtieron en el parque principal de Bolonia.
En 1757, se instalaron aquí siete enormes bancos de piedra, que simbolizan la pertenencia del parque al pueblo. En la primera mitad del siglo XIX, el ingeniero Giovanni Battista Martinetti reconstruyó el parque siguiendo el modelo de las plazas públicas francesas. Al mismo tiempo, Diego Sarti creó enormes esculturas que se colocaron alrededor de un pequeño estanque. Y en 1896, Attilio Mudja construyó una magnífica escalera que conducía al parque desde Via Indipendenza, más de una generación de jóvenes italianos chirriaron por sus rejas de mármol. Por cierto, hay un área de juegos para niños en el parque con un área de aproximadamente 350 metros cuadrados, donde a menudo se realizan diversas fiestas, cumpleaños y desfiles de disfraces.
Como resultado de todos estos cambios, los jardines de Montagnola, con sus plátanos centenarios, castaños y callejones de tilos, se han convertido no solo en un lugar de descanso favorito para la gente del pueblo, sino también en un modelo a seguir: muchas ciudades italianas han creado sus propios parques siguiendo el ejemplo de Bolonia.