Descripción de la atracción
En la segunda mitad del siglo pasado, casi inmediatamente después del final de la Segunda Guerra Mundial, el mundo entró en un estado de guerra fría: este era el nombre de la confrontación global entre las dos superpotencias, la URSS y los Estados Unidos y sus aliados. En realidad, el mundo estaba dividido en dos partes, una de las cuales apoyaba la ideología del capitalismo y la otra, el socialismo. La Guerra Fría estuvo acompañada de un aumento de la potencia militar y nuclear en ambos bandos, y si alguno de los participantes en el enfrentamiento se atrevía a presionar el "botón" nuclear, comenzaría la Tercera Guerra Mundial, tras la cual el mundo se convertiría en un nuclear. Desierto.
Una de las instalaciones construidas durante la Guerra Fría, un antiguo puesto de mando de reserva para la aviación de largo alcance, ubicado en Taganka, se transformó en museo. Sus visitantes pueden experimentar el máximo grado de inmersión en el ambiente de este conflicto, que duró casi medio siglo.
Bunker-42 era un objeto clasificado en la época soviética, pero a principios de este siglo fue comprado por una empresa privada, que en 2006 abrió allí un museo de la Guerra Fría. Su construcción se llevó a cabo de 1951 a 1956 en estricto secreto, utilizando la misma técnica que se utilizó en la construcción del metro. La instalación fue desclasificada en 1995 después del final de la Guerra Fría.
La entrada al museo se encuentra cerca de la estación de metro Taganskaya. Por fuera, parece un edificio normal, pero por dentro está hecho completamente de hormigón, para proteger la entrada al búnker de un impacto directo de una bomba convencional y de una onda de choque de una explosión nuclear. El búnker en sí se encuentra a 60 metros bajo tierra. Se suponía que una capa de suelo tan gruesa como un edificio de 18 pisos protegería al personal del búnker de la contaminación por radiación. El área del búnker es de unos siete mil metros cuadrados. El búnker almacenó un suministro de agua y alimentos durante tres meses, el sistema de purificación de aire funcionó, se llevaron a cabo las comunicaciones, los objetos del búnker se electrificaron.
Hoy en día, los visitantes del museo están invitados a probar los roles de soldados y oficiales que se suponía que iban a servir en la Guerra Fría. La excursión comienza con la emisión de un boleto en el punto de control en forma de certificado oficial, y también se ofrece a los visitantes participar en una imitación del lanzamiento de un cohete y en una alerta de entrenamiento mientras se colocan máscaras antigás.
Entre las exhibiciones del museo se encuentran los propios interiores del búnker, un modelo de esta estructura, un modelo de una bomba nuclear, muestras de varias armas, uniformes militares y equipo de protección. A los visitantes también se les muestra una película sobre la Guerra Fría y la Crisis de los Misiles en Cuba, un evento en 1962 que podría haber llevado al mundo al borde de la Tercera Guerra Mundial.