Descripción de la atracción
Un santuario religioso son las catacumbas situadas a lo largo de la Vía Apia, donde se han conservado dibujos de los primeros cristianos, que utilizaron estos locales para las reuniones de oración y el entierro de los muertos.
Justo en las afueras de las Murallas Aurelianas, comienza una serie de entierros a lo largo de la Vía Apia; el más famoso de ellos es la tumba de Cecilia Metella. En 1302, el Papa Bonifacio VIII entregó esta tumba a sus parientes Caetani, quienes la incluyeron en su castillo fortificado. A finales del siglo XVI se realizó el revestimiento de mármol de la tumba.
Las catacumbas de San Calisto aún están poco exploradas. Se colocan en cuatro niveles y la longitud de los túneles es de unos 20 km. Algunas habitaciones están decoradas con frescos.
La iglesia del mismo nombre se eleva sobre las catacumbas de San Sebastián. Numerosos dibujos en las paredes del refectorio representan escenas de adoración de los apóstoles Pedro y Pablo, cuyos restos estuvieron escondidos en algún lugar de estas catacumbas.