Descripción de la atracción
Las Catacumbas de París son una enorme red de túneles y cuevas artificiales, que se extienden bajo la ciudad, según algunas fuentes, a lo largo de 300 kilómetros. Además, es el cementerio más grande del mundo: desde finales del siglo XVIII, las catacumbas se han llevado los restos de aproximadamente seis millones de personas.
Las catacumbas se formaron en el sitio de las canteras que han dado piedra a París desde la época de Luis XI. Aquí se cortó piedra caliza, un material de construcción cómodo y duradero. La ciudad creció rápidamente, se abrieron nuevas minas cada vez más lejos del centro. En el siglo XVII, se habían formado largas cavernas debajo de muchas áreas residenciales de París: calles enteras "colgaban" sobre el abismo.
Al darse cuenta de la magnitud de la amenaza, Luis XVI, por su decreto, creó la Inspección General de Canteras, que existe hasta el día de hoy. Durante más de dos siglos, la inspección ha hecho un gran trabajo para fortalecer las mazmorras.
El aspecto actual de las catacumbas está marcado por otro problema al que se enfrentó París a mediados del siglo XVIII. Desde la antigüedad, los cementerios se ubicaron cerca de las iglesias. Solo en el cementerio de los Inocentes, los restos de dos millones de cuerpos yacían con diez metros de espesor. En 1780, el muro del cementerio se derrumbó y los sótanos de las casas vecinas se llenaron de restos y aguas residuales. Durante quince meses, convoyes especiales sacaron los huesos de aquí y los colocaron en las antiguas canteras. Luego, la ciudad se dispuso a limpiar diecisiete cementerios más. Las catacumbas se han convertido en un lugar de descanso.
Durante la ocupación alemana, se ubicó un búnker secreto de la Wehrmacht en la cantera de la orilla izquierda del Sena. A solo 500 metros se encontraba el cuartel general de la Resistencia francesa.
Hoy, 2,5 kilómetros de galerías subterráneas están especialmente acondicionadas para turistas. Las personas con nervios fuertes pueden inspeccionar el osario, cuyas paredes están formadas por millones de huesos y cráneos. La exposición histórica familiariza a los visitantes con hechos curiosos: el emperador Napoleón III recibió invitados importantes en las catacumbas, el guardián de la iglesia de Val de Grasse trató de encontrar antiguas bodegas aquí, pero se perdió: su esqueleto fue encontrado once años después, identificándose con llaves. Y durante la Guerra Fría, las galerías subterráneas se equiparon con refugios antiaéreos en caso de un ataque nuclear.
Ahora las catacumbas están temporalmente cerradas a los turistas.