Descripción de la atracción
La Catedral de Caorle, que lleva el nombre de San Stefano, es una de las principales atracciones de la ciudad turística. Fue construido en la primera mitad del siglo XI en estilo Romano-Bizantino. La modesta fachada de la catedral está decorada con bajorrelieves que representan santos, y en su interior se pueden ver obras de la escuela de arte veneciana, incluida la "Última Cena" de Gregorio Lazzarini. También cabe destacar los fragmentos de frescos del siglo XVII en el ábside central y el altar de oro de Pala d'Oro donado a la iglesia por la reina Caterina Cornaro. El altar consta de seis paneles, que representan escenas de la Biblia, el arcángel Gabriel con la Virgen María, los profetas y Cristo. Un crucifijo del siglo XV cuelga sobre el trono moderno. La catedral en sí consta de una nave central y dos capillas laterales, separadas entre sí por hileras de columnas, sobre las que descansan arcos de medio punto.
Lo más destacado de la catedral es su campanario, también construido en el siglo XI. Se eleva al cielo a una altura de 48 metros y es un ejemplo típico de arquitectura románica. Una característica única del campanario es su aguja en forma de cono, casi la única en el mundo.
En 1975, por iniciativa del Patriarca Albino Luciani (futuro Papa Juan Pablo I), se inauguró un pequeño museo litúrgico en la Catedral de San Stefano, en el que se exhiben túnicas de iglesia, lienzos de altar, vasijas de obispos locales, etc. Una reliquia de museo invaluable es una antigua cruz de plata y un iconostasio de los siglos XII-13, que consta de seis íconos de los apóstoles. También hay un relicario con la calavera de San Esteban, el santo patrón de Caorle, y un relicario con un trozo de tierra, sobre el que, según la leyenda, cayeron unas gotas de sangre del cuerpo del Cristo crucificado.