La bandera de la República Islámica de Irán es un panel rectangular con una relación de ancho a largo de 4: 7. El rectángulo de la bandera consta de tres franjas de igual ancho dispuestas horizontalmente. La franja inferior es roja y su color simboliza la sangre derramada y el coraje de los soldados iraníes en las muchas batallas que les han tocado. En el medio de la bandera hay una franja blanca, símbolo de paz y orden. En la parte superior de la tela hay una franja verde, que encarna la alegría y la fertilidad, la juventud y el renacimiento.
Érase una vez, los tres colores de la bandera iraní estaban asociados con los tres estados en los que se dividía la sociedad. El clero prefería el blanco como personificación de la santidad moral y la pureza de pensamientos. Los militares vestían de rojo como símbolo de valor y abnegación. Las comunidades-agricultores veneraban el verde, que simbolizaba la naturaleza y la prosperidad para ellos.
Desde principios del siglo pasado, el tricolor iraní ha sido decorado con la imagen de un león sosteniendo una espada en sus patas, que es un símbolo de Persia. La revolución islámica en Irán, que comenzó en 1978, provocó muchos cambios en la estructura estatal del país. Junto con la caída de la monarquía y el establecimiento de una nueva administración, también cambiaron muchos símbolos estatales. El león dorado desapareció de la bandera iraní, y en su lugar apareció una versión estilizada de la palabra "Alá", hecha en forma de cuatro medias lunas y una espada. Las franjas rojas y verdes tienen la frase "Dios es grande" entretejida veintidós veces en el campo de la bandera. Esto simboliza la fecha de la Revolución Islámica, que tuvo lugar, según el calendario iraní, el vigésimo segundo día y el undécimo mes.
El primer tricolor iraní fue descubierto por arqueólogos durante las excavaciones del Palacio Apadana en la antigua ciudad de Persépolis. Este palacio fue construido en el siglo V a. C. y es considerado uno de los edificios más interesantes y significativos de esa época lejana. La antigua capital de los aqueménidas guardaba muchos hallazgos interesantes, uno de los cuales es un estandarte rojo. Su perímetro estaba decorado con una cenefa de triángulos de color verde, blanco y rojo, y en el centro se representaba un águila real. El estandarte se exhibe hoy en el Museo Histórico Nacional del país en Teherán, y durante muchos cientos de años los colores rojo, blanco y verde han simbolizado el bienestar, la pureza y la prosperidad entre los pueblos de habla iraní que viven en el Pamir.