Ubicada en el noreste del país, Zurich es la ciudad más grande de Suiza. Es considerada su hogar por unas cuatrocientas mil personas, y ejércitos enteros de turistas visitan cada año las orillas del lago del mismo nombre, donde se difunde el símbolo suizo de estabilidad e inviolabilidad de las tradiciones. Si las circunstancias no le permiten permanecer en la ciudad durante mucho tiempo, no se desespere. Visitar los lugares más importantes por los que Zurich es famosa en 1 día es una tarea muy real.
Seguro como un banco suizo
Un paseo por la ciudad debe iniciarse desde Paradenplatz. Una vez este lugar se convirtió en un escenario para la celebración de ferias agrícolas, y hoy alberga las oficinas de los bancos suizos más reputados. Las fachadas de los edificios antiguos son impresionantes y las paredes sólidas inspiran confianza incluso entre aquellos que nunca han tratado con el sistema bancario local.
Puede continuar su viaje y consolidar la opinión de Zurich como un bastión de estabilidad en Bahnhofstrasse. Esta calle es familiar para los fanáticos de las compras de lujo por sus boutiques y joyerías. Aquí puede comprar relojes suizos genuinos y joyas de marca. Para aquellos que no tienen fondos extra en este día en Zúrich, la magnífica arquitectura de los edificios medievales será un consuelo.
Torres y vidrieras
Los admiradores de los valores perdurables de Zúrich no son fáciles de recorrer en 1 día, pero son bastante capaces de ver las obras maestras de la arquitectura y la pintura. La catedral de Grossmünster, con sus dos torres románicas, fue erigida en el siglo XII y todavía es el sello distintivo de la ciudad. Su elegante contorno adorna el panorama de la ciudad y la vista del lago de Zúrich, mientras que la plataforma de observación ofrece una magnífica vista de otros lugares famosos de la capital bancaria de Suiza.
La Abadía de Fraumünster para mujeres es famosa no solo por su larga historia y su elegante torre del reloj. Fundada a mediados del siglo IX, es famosa hoy por las vidrieras del pintor Marc Chagall. La historia del cristianismo, encarnada divinamente en cinco enormes ventanales multicolores, es ya una buena razón para visitar Zúrich.
Gourmets y amantes del teatro
Vale la pena completar una excursión de un día a Zúrich con una visita a la ópera de la ciudad. Se le considera uno de los mejores del Viejo Mundo, y las actuaciones en el escenario de Zúrich despiertan un interés genuino incluso entre los habituales de La Scala de Milán. Según la tradición establecida, una vez finalizada la función, se acostumbra cenar en uno de los restaurantes de la ciudad. Una comida tardía será un final digno para un día ajetreado y una gran oportunidad para degustar la mejor cocina local.