El rápido crecimiento económico de la República de Corea, que comenzó en la segunda mitad del siglo XX, no impidió la preservación de la cultura y los rituales originales de los pueblos antiguos. Los estándares occidentales y las reglas de moda aparecieron en la vida de todos los habitantes de la península, pero no pudieron suplantar las viejas tradiciones de Corea del Sur de su vida cotidiana.
Sobre la edad sin disimulo
No se sorprenda si un coreano al comienzo de una conversación le pregunta sobre su edad sin una sombra de duda en su rostro. No se trata de una vana curiosidad o falta de respeto, sino sólo un deseo de elegir la forma correcta de dirigirse al interlocutor. Saludando a un igual en edad, el coreano hace el tradicional apretón de manos, pero cuando saluda a un anciano, estrecha su mano derecha con las suyas. No es costumbre discutir con padres o personas mayores, y sus deseos se cumplen sin cuestionarlos.
Al saludar a alguien, un residente de Land of Morning Freshness sin duda acompañará el apretón de manos con una ligera reverencia. Al entrar en una casa, las tradiciones de Corea del Sur están prescritas para quitarse los zapatos, mientras que un pie descalzo es un signo de falta de respeto, por lo que los calcetines o medias son un atributo indispensable de la ropa tanto para el huésped como para el propietario.
Extrañas supersticiones y tendencias modernas
Los coreanos temen a la tinta roja y creen que ver su propio nombre escrito con ellos es una señal del final cercano. Para evitar situaciones desagradables, no debes llenar tus bolígrafos con tinta roja si no vas a buscar errores en los cuadernos escolares.
En el contexto de tales supersticiones prehistóricas, las tendencias modernas en la vida de los coreanos parecen al menos extrañas. Por ejemplo, aquí las madres presentan un certificado de cirugía plástica sobre la europeización de los rasgos faciales a sus hijas en honor a la graduación, y la longitud de las faldas de los mismos estudiantes tiende a cero cada vez más cada año.
Pequeñas cosas útiles
- Los coreanos, por extraño que parezca, se encuentran entre las diez naciones más bebedoras del mundo. Casi todos los fines de semana, aquí se practican tertulias alcohólicas, durante las cuales se hacen brindis. Todos los participantes en el proceso deben beber, independientemente de su estado y deseo, por lo que antes de aceptar una invitación a un evento de este tipo, debe pensar detenidamente en las consecuencias.
- Las relaciones de Japón con Corea del Sur han sido históricamente desfavorables. En las conversaciones con los coreanos, es mejor no plantear el tema de la tensión y los reclamos territoriales de la Tierra del Sol Naciente.
- Las tradiciones de Corea del Sur prescriben ser puntuales y correctos en las relaciones tanto con amigos como con socios comerciales. Los coreanos también esperan tales cualidades de los huéspedes del país.