Por un lado, la capital del Perú no es el mejor lugar para que los turistas se relajen, porque hay smog, autos y millones de personas, por otro lado, el centro histórico de Lima está protegido por la UNESCO, está incluido en el listas famosas del patrimonio cultural mundial y todo turista curioso busca lo suyo para verlo con sus ojos.
Excursión a la historia de la capital
Se conocen el mes y año de fundación de la futura capital oficial del estado independiente - enero de 1535, así como su primer habitante, Francisco Pizarro. Bajo el liderazgo de este conquistador español, se erigió un puesto de avanzada, fue desde aquí que se procedió a la posterior conquista de los territorios peruanos.
Cinco años después, la ciudad adquirió el estatus de ciudad principal de las autoridades coloniales, mientras recibía un montón de cumplidos, como "una ciudad leal, encantadora y hermosa". Por cierto, Lima tenía otro nombre extraoficial: la Ciudad de los Reyes, ya que unos 40 virreyes lograron estar en el poder.
Desde 1821, la ciudad se convirtió en la capital de un estado independiente, comenzó a desarrollarse rápidamente, aumentando exponencialmente el número de habitantes y territorio.
Historias de la vieja Lima
Caminar por el casco antiguo comienza en la plaza principal, en su centro hay un monumento al fundador y una antigua fuente, de la que todos los ciudadanos de Moscú están orgullosos. Es esta fuente la que más a menudo permanece en las fotos de viajeros e invitados. En la plaza central se encuentran: el símbolo de la independencia, el Ayuntamiento; Palacio presidencial; la principal catedral de la ciudad.
Muchos turistas sueñan con entrar al complejo arquitectónico del palacio para ver muebles lujosos, espejos tallados y obras maestras artísticas. Los balcones de madera tallada de la Catedral son igualmente atractivos para los huéspedes de la ciudad.
Los turistas eligen la ruta adicional por su cuenta: las pequeñas calles divergen en todas las direcciones desde la plaza e invitan a sumergirse en la historia. Además, los monumentos que se encontrarán en el camino pertenecen a la época dorada de la arquitectura española.
El alma de Lima es la catedral, consagrada en honor a San Francisco, o mejor dicho, no la catedral en sí, sino las reliquias que en ella se guardan. Esta iglesia forma parte del monasterio del mismo nombre. Los edificios religiosos se encuentran en la capital de Perú y en otros lugares: los turistas suelen visitar la Iglesia de San Agustín, la Iglesia de San Pedro y la Iglesia de San Marcelo, considerada una de las más antiguas de la capital.
Otras plazas de la principal ciudad del Perú no merecen menos atención, conservando el ambiente único de la ciudad vieja.