Descripción de la atracción
La Iglesia de Jesús, también conocida como Santa Maria di Gesu y Casa Professa, es una de las iglesias barrocas más destacadas de Palermo y de toda Sicilia.
Los monjes de la orden de los jesuitas llegaron a Palermo a mediados del siglo XVI y, a fines del mismo siglo, comenzaron la construcción de una iglesia cerca de su casa principal, la Casa Professa. El proyecto del templo fue desarrollado por el arquitecto jesuita Giovanni Tristano. Inicialmente, la iglesia tenía una nave principal con grandes transeptos y varias capillas laterales en planta, pero a principios del siglo XVII, para darle un aspecto más majestuoso, típico de la arquitectura jesuita, Natale Mazuccio añadió dos capillas laterales a la la nave principal, eliminando los tabiques entre las capillas. En 1636 tuvo lugar la solemne consagración de la nueva iglesia.
En el siglo XVIII, el interior de la iglesia fue decorado con bajorrelieves de mármol que representan las Bendiciones del Pastor y la Adoración de los Magos de Gioacchino Vitaliano; ambos bajorrelieves se conservan hasta nuestros días. En las paredes de una de las capillas se puede ver el fresco "Adoración de los Magos", pintado en la segunda mitad del siglo XVIII por Antonio Grano. También en la iglesia hay un alto relieve de Ignazio Marabitti "Gloria a San Lucas".
En 1892, el Caballero de la Orden de Salvatore di Pietro, ex rector de la Casa Professa, filántropo, prefecto del seminario, miembro del Colegio Teológico y de la Academia de Artes y Ciencias, y miembro de la Academia de Historia Nacional, convenció Paolo Boselli, ministro de Educación de Italia, para hacer de la Iglesia de Jesús un monumento nacional.
Durante los ataques aéreos a Palermo durante la Segunda Guerra Mundial, una de las bombas golpeó la cúpula de la iglesia, provocando su derrumbe, junto con la mayoría de las paredes y frescos del altar y los transeptos. Después de dos años de trabajos de restauración, se restauraron los frescos únicos y, en febrero de 2009, la iglesia fue reabierta solemnemente: la primera misa fue dirigida por Paolo Romeo, arzobispo de Palermo.
