Descripción de la atracción
Los españoles, firmemente establecidos en el Nuevo Mundo, guardaban con mucho celo sus nuevas posesiones. Para ello, se construyeron fortalezas, detrás de cuyos muros era posible esconderse durante un ataque de los franceses o británicos. La fortaleza de Ozama apareció en el siglo XV en un lugar estratégico: en el puerto, a orillas del río del mismo nombre. Ahora, mirando la fortaleza, rodeada por una franja de tierra, es difícil creer que hace varios siglos las aguas del río salpicaban justo en sus muros.
La Fortaleza de Ozama es todo un complejo de edificios para diversos fines, que está rodeado por una alta muralla almenada. El objeto más significativo de su territorio es la Torre del Omenaje. Hay una plataforma de observación en su techo, que todo turista que se precie debe visitar. Desde allí, se abre una vista increíble hacia el Santo Domingo que se encuentra debajo. La torre con muros de dos metros fue una vez un calabozo donde se guardaban los cautivos de los indios, y luego aquellos habitantes del país que intentaban iniciar una revolución. En 1844, la Torre del Omenaje estuvo en el centro de un levantamiento que llevó a la secesión de República Dominicana de Haití. Fue sobre esta torre donde se izó la bandera nacional.
Al sur de la torre hay un edificio de un piso, erigido en el siglo XVIII. Sus paredes de tres metros protegían de forma fiable el depósito de armas. Cerca del arsenal desde el lado del río se pueden ver los restos de fortificaciones.
En el territorio de la fortaleza de Ozama hay un monumento de bronce que representa al Comandante de Oviedo, quien, además de los asuntos militares, también fue aficionado a la historia y creó la primera obra del mundo dedicada al pasado del Nuevo Mundo.