Descripción de la atracción
El faro de la isla de Sakrisifios (española Isla de Sacrificios - la isla de los Sacrificios) sorprende con su historia. En 1518, el español Juan de Grijalva, explorador del Golfo de México, descubrió esta insólita isla. Según la leyenda, había un altar de sacrificios aquí, donde la gente en cierto día sacrificaba a la mujer más hermosa a los dioses. Los conquistadores españoles encontraron aquí los restos de sacrificios humanos de la época de las culturas mesoamericanas. Con la llegada de los españoles, fue a esta isla, donde se construyó una casa especial, donde se llevaron a los moribundos, de heridas o epidemias. Los antropólogos han encontrado aquí los restos de enterramientos y cimientos de templos de las tribus totonacas y olmecas.
Además de la belleza del faro en sí, los hermosos y raros arrecifes de coral que rodean la isla hacen las delicias. En los años 90 del siglo XX, se decidió cerrar la isla debido al deterioro del estado de los corales raros, que eran constantemente saqueados por los cazadores furtivos para la producción artesanal. En los últimos años ha habido negociaciones en curso entre el gobierno y las empresas turísticas, que insisten en abrir la isla al público, pero ambientalistas y biólogos temen que el proceso de destrucción solo se acelere.
Hoy, el Faro de la Isla del Sacrificio sirve como un punto de referencia para los barcos con destino al puerto de Veracruz. Pero este es un faro inusual, funciona con 120 paneles solares de 250 W y toda la estructura del faro es capaz de soportar vientos de más de 200 millas por hora. Los expertos en energía dicen que como parte de la lucha contra el cambio climático, la conversión de energía ligera permitirá ahorrar hasta seis mil litros de combustible diesel al mes y reducirá la producción de 187.000 libras de dióxido de carbono al año.