Descripción de la atracción
Cerca del parque de la ciudad de La Savane, en la orilla del mar, hay un gran fuerte Saint-Louis, que ahora es la base naval de la flota francesa en las Indias Occidentales.
La historia de la fortificación comienza en 1638, cuando el teniente general de Martinica Jacques-Diele du Parquet decidió fortificar la península rocosa que protegía la bahía y el puerto deportivo donde atracaban los barcos durante los huracanes. En aquellos días, se erigió aquí un simple fuerte de madera. En 1666 se reforzó con la construcción de una valla y un foso. En enero de 1672, cuando comenzó la guerra holandesa, el rey Luis XIV ordenó la construcción de un fuerte bien fortificado en Martinica que pudiera resistir el ataque holandés. La nueva fortaleza con dos baterías se llamó Fort Royal. Siempre había una guarnición aquí que podía unirse a la batalla, protegiendo las vidas de los residentes locales. En 1674, la flota holandesa no pudo tomar Fort Royal, lo que fue otra confirmación: Martinica resultó inexpugnable.
En los años siguientes, la ciudadela fue reforzada y ampliada. Fue rebautizado en honor al monarca francés y ahora se conoció como Fort Louis. En ese momento, 800 personas vivían en él. Al mismo tiempo, se construyó el Pabellón Real, la residencia del gobernador de la colonia francesa. Pronto, en las cercanías del fuerte, comenzó a formarse una ciudad, que ahora conocemos como Fort-de-France.
El fuerte cambió su nombre varias veces hasta que fue nombrado Fuerte Saint-Louis en 1814.
Parte del fuerte, que consta de varios baluartes, cuarteles, casamatas, está abierto a los turistas. Además de los lugares de interés histórico, también hay uno natural: toda una familia de iguanas está tomando el sol en el césped del fuerte.