Descripción de la atracción
El cementerio de Montparnasse, ubicado en el distrito del sur del mismo nombre de París, no se parece más a un lugar de enterramiento, sino a un parque de la ciudad: la gente camina aquí, pasa libremente por el cementerio, "cortando esquinas". Su tamaño es pequeño, su fama es mucho más significativa.
El cementerio en esta parte de la ciudad apareció en 1824 e inicialmente se llamó el Sur. En las primeras décadas de su existencia, no destacó en nada especial. Sin embargo, desde finales del siglo XIX, el barrio de Montparnasse, debido a lo barato de la vida, se ha vuelto inusualmente atractivo para los artistas, escultores y escritores pobres. Los nombres de muchos de ellos se hicieron famosos y las cenizas de una celebridad mundial ya estaban enterradas en el cementerio local. Pronto, el cementerio se convirtió en un lugar de descanso prestigioso: no solo figuras culturales, sino también políticos y científicos famosos comenzaron a ser enterrados aquí.
Por eso la lista de nombres grabados en las lápidas de Montparnasse es tan diversa. El primer ministro de Irán, Shahpur Bakhtiyar, el presidente de México, Porfirio Díaz, el ideólogo de la independencia de Ucrania, Simon Petliura, el fundador de la mayor empresa de automóviles francesa, Andre Citroen, se encuentran cerca. Y cerca: el matemático Gustave Coriolis, el enciclopedista Pierre Larousse, el poeta Charles Baudelaire, los escritores Guy de Maupassant y Jean-Paul Sartre, el jugador de ajedrez Alexander Alekhine.
Los monumentos en el cementerio suelen ser bastante inusuales. Aquí está la lápida sobre la tumba del inventor de la lámpara de gas, Charles Pigeon: debajo de esta misma lámpara, en una cama de bronce esculpida en todos los detalles, la esposa del inventor está durmiendo y el propio Dude está leyendo un libro cerca.
Las tradiciones del cementerio son igualmente inusuales. Sobre la tumba de Serge Gainsbourg, "el francés Vysotsky", los fanáticos del bardo, el actor y el director traen cigarrillos y encendedores. Además, las cabezas de repollo siempre se encuentran en la lápida; se cree que la cabeza de Ginsbourg se parecía a esta verdura.
El cementerio desempeña plenamente el papel de un parque de la ciudad: aquí, cuando hace buen tiempo, las madres con cochecitos siempre caminan, los empleados de las oficinas vecinas, sentados en los bancos, picar bocadillos. Los turistas también fueron atendidos: en la caseta de vigilancia en la entrada se puede obtener un plano gratuito del cementerio.