Descripción de la atracción
Inicialmente, la Iglesia de Santa María se creó como parroquia, inmediatamente después de la fundación de Trujillo (1535-1540). En 1616, la iglesia fue elevada al rango de catedral por el Papa Pablo V, pero tres años después fue destruida junto con toda la ciudad como resultado de un terremoto en febrero de 1619. La reconstrucción de la iglesia fue encomendada a Bartolomeo de las Cuevas. Pero incluso este edificio de la iglesia no sobrevivió al devastador terremoto de febrero de 1635. En 1647, el episcopado se tomó más en serio la construcción de un edificio de la iglesia diseñado por el arquitecto Francisco de Soto Ríos, que fue terminado en 1666 por Francisco Balboa. En esta ocasión, los arquitectos intentaron brindar todas las medidas necesarias para la estabilidad del edificio con el fin de soportar futuros terremotos en la costa peruana.
En 1967, el Papa Pablo VI elevó el estatus de la iglesia a Catedral, pero en 1970, debido a un terremoto, una parte del templo resultó seriamente dañada: la cúpula, el campanario y el altar. Dos décadas más tarde, el edificio de la catedral fue completamente restaurado.
La Catedral de Santa María es famosa por su altar: este enorme altar blanco de estilo barroco y rococó está cubierto con pan de oro, decorado con preciosas imágenes e íconos hechos por maestros de las escuelas de arte de Cuzco y Quito. Su belleza y singularidad solo se puede comparar con el altar de la Catedral del Cusco.
Los visitantes de la Catedral de Trujillo pueden ver una gran colección de iconos antiguos que la adornan: imágenes de St. Rocío, St. Teresa de Ávila, St. Peter, St. Juan el Bautista, St. Toribio de Mogrovejo, St. Enamorado. La bóveda y las paredes del templo están decoradas con frescos que representan a los apóstoles, las ventanas son vidrieras.
El Museo Catedralicio, ubicado en el interior del templo, alberga valiosas obras de arte religioso. Especialmente valiosos son las pinturas y esculturas de la escuela cusqueña y los artefactos de la época colonial, entre los que destacan dos lienzos: "La negación de Pedro" y "Juan el Bautista".
Junto a la Catedral se encuentra el Palacio Arzobispal.