Entre todas las demás europeas, la cultura de Islandia se considera, con razón, la más distintiva y única. La razón de esto es tanto un cierto aislamiento del estado insular como las cualidades personales de los propios islandeses, que se caracterizan por el conservadurismo y la adhesión a las tradiciones nacionales. Una contribución considerable a la formación de las tradiciones culturales del estado fue hecha por condiciones climáticas bastante duras, una duración sólida del día y la noche polares, aislada del continente debido a las frecuentes inundaciones y ventisqueros.
Idioma y nombres
Debido a la lejanía y el aislamiento del resto de Europa, el idioma de los islandeses ha conservado su especial similitud con los antiguos dialectos escandinavos. Observando la pureza del idioma, los islandeses evitan de todas las formas posibles la penetración de palabras extranjeras y neologismos en él. Debido a sus raíces ancestrales, el idioma de los islandeses es considerado uno de los más ricos del mundo.
Los islandeses también han mantenido interesantes tradiciones en lo que respecta a los nombres. Los indígenas del país no tienen apellidos, sino solo nombres y patronímicos, y hace unos años una persona que no tenía apellido islandés no podía convertirse en ciudadano del país.
Una parte importante de la cultura islandesa es la literatura, cuyos orígenes se remontan a las tradiciones del folclore nórdico antiguo. Las principales obras que nos han llegado desde la época de los vikingos son las sagas, o leyendas en prosa genéricas. Hablaron de dinastías reales y guerreros famosos. La literatura islandesa contemporánea presenta al lector las obras de H. K. Laxness, quien recibió el Premio Nobel por su trabajo.
Arquitectura nórdica
En la cultura tradicional islandesa, se dio preferencia a la construcción de casas con bloques de turba. Los techos de los edificios achaparrados estaban cubiertos de césped, lo que hacía que el interior fuera fresco y seco en verano y cálido en invierno. Los artesanos medievales eran famosos por el tallado en madera, que adornaba utensilios y muebles.
Los principales atractivos de la arquitectura irlandesa son las iglesias y catedrales:
- La catedral de la capital, erigida a mediados del siglo XVIII, es famosa por la pila bautismal de B. Thorvaldsen.
- Hallgrimskirkja Lutheran Church en el centro de Reykjavik, que se ha convertido en el sello distintivo de la ciudad. El órgano mecánico del templo pesa más de 25 toneladas y su altura es de 15 metros. Por cierto, es desde el mirador de la iglesia que se abre la vista más magnífica de la capital de Islandia.