Los parisinos llaman a su río principal un caballo de batalla. El puerto fluvial de París ocupa hoy el segundo lugar en términos de tráfico de pasajeros y mercancías en Europa, y una vez fue el Sena la principal arteria de transporte de la capital francesa. Se transportaban madera y piedra a lo largo del río para construir casas, se transportaban sacos de grano y ganado. Para los viajeros de hoy, los terraplenes del Sena son una gran oportunidad para admirar la ciudad, concertar una cita romántica o dar un paseo en el tranvía fluvial.
Heno en números
- La longitud del río dentro de la ciudad es de más de 12 kilómetros, cuyas orillas son ricas en monumentos históricos y arquitectónicos. La profundidad del Sena varía de 4 metros en el puente Nacional a 5,5 metros en el puente Mirabeau.
- El punto más estrecho del Sena se encuentra en el paseo marítimo de Montebello, a solo 30 metros. Pero en el puente de Grenelle, la vía fluvial parisina se derramó hasta 200 metros.
- La velocidad del río a lo largo de los terraplenes del Sena es de unos dos kilómetros por hora, y la temperatura media de su agua es de unos 14 grados.
De la catedral de Notre Dame a la Torre Eiffel
Los terraplenes del Sena son un sinfín de rutas turísticas, cada una de las cuales es única e interesante. Por ejemplo, en Bercy, se organizan maratones de baile por la noche, donde todos pueden demostrar sus habilidades. El género preferido es el tango y la salsa. En el terraplén del Sena, que lleva el nombre de Georges Pompidou, se abre una playa en verano, donde es agradable tomar el sol de París antes de cenar en uno de los cafés al aire libre con vistas al agua.
Una ruta de senderismo popular para todos los huéspedes es un paseo a lo largo de los terraplenes del Sena desde la obra maestra inmortal de Eiffel hasta la catedral de Notre Dame. En el camino, muchas imágenes magníficas se abren a la vista: la Casa de los Inválidos, un monumento arquitectónico de importancia mundial; uno de los puentes más bellos del planeta, que lleva el nombre del zar ruso Alejandro III; el majestuoso Palacio Borbón; el Museo de Orsay y, finalmente, Notre Dame, una obra maestra del gótico medieval.
Reconocimiento merecido
En 1991, la organización autorizada UNESCO incluyó los terraplenes del Sena de París en las listas del Patrimonio Cultural Mundial, y el ayuntamiento cerró la autopista de alta velocidad a lo largo del río. Una vez en esta carretera, era posible cruzar rápidamente la ciudad de un lado a otro, pero ahora la infraestructura de la zona peatonal se está desarrollando aquí, y pronto los terraplenes del Sena se volverán aún más agradables para pasear tranquilamente.