Descripción de la atracción
Santa Maria delle Grazie es una iglesia y un monasterio dominicano en Milán, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El principal atractivo de la iglesia es el cuadro "La Última Cena" de Leonardo da Vinci, pintado en la pared del comedor del monasterio.
La construcción del monasterio e iglesia dominicos se inició por orden del duque de Milán, Francesco Sforza I, en el lugar donde anteriormente se encontraba una pequeña iglesia dedicada a Nuestra Señora de la Merced. Guiniforte Solari fue designado arquitecto. En 1469, se completó la construcción del monasterio, pero la iglesia todavía estuvo en construcción durante algún tiempo. El nuevo duque, Ludovico Sforza, decidió que la iglesia se convertiría en la bóveda funeraria de la familia Sforza y ordenó la reconstrucción del claustro y el ábside; la obra se completó después de 1490. En 1497, la esposa de Ludovico, Beatrice, fue enterrada aquí.
Se cree que Donato Bramante trabajó en el diseño del ábside de la iglesia, aunque no hay pruebas fehacientes de ello. Sin embargo, su nombre está grabado en una pequeña pieza de mármol en las bóvedas del templo, la inscripción data de 1494.
En 1543, la Capilla de la Santa Cruz en el lado derecho de la nave fue decorada con un cuadro de Tiziano "Colocación de la corona de espinas", que ahora se conserva en el Louvre parisino (retirado por las tropas de Napoleón al final de la siglo 18). Además, esta capilla está decorada con frescos de Gaudenzio Ferrari. Y en un pequeño claustro, situado junto a la puerta de la sacristía, se puede ver un fresco de Bramantino. Otro atractivo de la iglesia son los frescos de Bernardo Zenale.
Pero, por supuesto, el principal valor de Santa Maria delle Grazie es la pintura de fama mundial "La última cena" de Leonardo da Vinci. Fue pintado en los años 1495-98 y representa la escena de la última cena de Jesucristo con sus discípulos. Durante la Segunda Guerra Mundial, en la noche del 15 de agosto de 1943, las bombas lanzadas por tropas británicas y estadounidenses destruyeron los edificios de la iglesia y el monasterio. La mayor parte del refectorio estaba en ruinas, pero algunas paredes sobrevivieron milagrosamente, incluida la que representa la Última Cena de Da Vinci. De 1978 a 1999 se llevó a cabo una restauración a gran escala del cuadro, que permitió conservarlo para la posteridad.