Etiopía es llamada Museo de las Naciones por etnólogos e historiadores. La tierra quemada por el sol es el hogar de unas ochenta nacionalidades, cada una de las cuales tiene sus propias costumbres, oficios e incluso lengua. La obra literaria de los etíopes se originó al menos hace dos milenios, y en los monasterios antiguos no solo se pintaban iconos, sino que también se creaban manuscritos invaluables. Las tradiciones de Etiopía se formaron sobre la base de los mandamientos bíblicos, y su cultura fue determinada por una combinación de las religiones más importantes del mundo, que encontraron refugio en las tierras altas quemadas por el sol.
Invencible y hermosa
La historia del país está llena de altibajos, tragedias y enfrentamientos. Durante muchos siglos, poderosos imperios, entre los que se encontraban islamistas y colonialistas europeos, nómadas y fascistas, intentaron conquistarla. Habiendo resistido fuerzas externas, la cultura y las tradiciones de Etiopía pudieron permanecer en su forma original y, por lo tanto, el misterioso y gran reino de Ahmar permaneció así en el próximo milenio.
Los obeliscos erigidos en el siglo IV a. C. se consideran los monumentos más famosos del antiguo estado etíope de Aksum. Desde entonces, la tradición etíope de erigir magníficos edificios de piedra ha continuado viviendo en las iglesias de piedra de Lalibela, talladas en rocas rojas, y en los castillos de Gondar.
Sin cuchillo ni tenedor
Una vez sentado a la mesa en una casa etíope, un viajero inexperto puede incluso confundirse: aquí no se acostumbra comer con la ayuda de aparatos, y el cuchillo y el tenedor habituales son sustituidos por los locales por "injera". Este pan plano especial de harina de cereales tiene una estructura porosa y captura perfectamente una pequeña porción de cualquier comida servida. Hay tanto verduras como carne en la mesa, pero el grado de picante del plato siempre debe comprobarse con el camarero o anfitriona de la casa.
Una bonita tradición, cuando las contrapartes se alimentan de sus manos, sirve como un gesto de especial cariño para una persona. Por cierto, los etíopes siempre se lavan las manos antes de comenzar una comida. Esto se considera una señal de que una persona alfabetizada y civilizada está sentada a la mesa. Es costumbre no levantarse demasiado lleno de la mesa. Según la tradición etíope, el hambre fomenta la fuerza de voluntad y la resiliencia, por lo que los habitantes del país desde la infancia aprenden a prescindir de alimentos y agua durante mucho tiempo.
Valores familiares
Los niños son las personas más importantes de Etiopía. Hasta los dos años, intentan amamantar a los bebés y no dejarlos solos ni un minuto. El bautizo tiene lugar el cuadragésimo día después del nacimiento del niño y el ochenta, si ha aparecido una niña en la familia. Ahí es cuando el niño recibe un nombre. Anteriormente, no hacían esto para evitar que los espíritus malignos penetraran en la conciencia de un bebé que aún no ha recibido la protección de Dios.