Descripción de la atracción
Bryce Valley, parte de la estación de esquí de Alta Pusteria, se encuentra en el corazón de los Dolomitas. El paisaje local se caracteriza por una variedad de manifestaciones de procesos de formación kárstica: aquí están representados casi todos los tipos de este fenómeno: minas, grietas, grietas, pozos y sumideros. Estos últimos son pequeños sumideros en los que suelen formarse los lagos alpinos.
Bryce Valley se considera un lugar ideal para los entusiastas del aire libre; no solo los fanáticos del senderismo y el ciclismo de montaña, sino también los montañistas y escaladores encontrarán actividades de su agrado. Sin duda, sus esfuerzos se verán recompensados con impresionantes vistas desde los picos de los Dolomitas. En invierno, hay muchas acogedoras cabañas alpinas, pistas cubiertas de nieve y pistas de esquí de fondo.
Durante los últimos siglos, se han construido varias iglesias y templos en el territorio del Valle de Bryce, y hoy atraen la atención de los turistas. Quizás una de las más famosas es la Capilla del Lago Bryce, construida a principios del siglo XX y consagrada en 1904. Esta capilla fue visitada por muchas personas famosas, por ejemplo, el archiduque austriaco Franz Ferdinand y su esposa. Durante los años del genocidio, muchos prisioneros encontraron refugio aquí: Hitler ordenó el traslado de conocidos prisioneros políticos del campo de concentración de Dachau al lago Bryce. Fue aquí donde los nazis ejecutaron a 136 personas.
Otras iglesias notables del valle de Bryce son la iglesia de San Vito de 1335 con un trono neogótico y la iglesia de Ferrara de Bryce, erigida en 1735 y famosa por sus frescos.
Inseparables del valle son sus manantiales curativos. La historia de su uso se remonta a la antigüedad. Y se sabe con certeza que en 1490 un trabajador simple pero muy ambicioso del aserradero local se dirigió a los señores de Gortius con una solicitud para que le permitieran construir un edificio en los llamados "manantiales de ciervos" para servir y tratar a los enfermos y sufrimiento. Se obtuvo el permiso y, un año después, la princesa Paula Gorzia visitó el primer complejo de spa, donde curó sus doloridas extremidades. En 40 años, de 1830 a 1870, más de mil personas visitaron el spa de Bryce Valley, ¡lo cual es increíble para esa época!