Descripción de la atracción
Una de las primeras capillas de la ciudad de Calama (2250 metros sobre el nivel del mar y 215 km al noreste de la ciudad de Antofagasta) se ubicó en la avenida Balmaceda, frente a la estación de trenes de la ciudad, e incendiada en 1906 tras un devastador terremoto. Ese mismo año, el episcopado emitió un decreto sobre la construcción de una nueva iglesia con su parroquia en la ciudad de Kalama. El documento fue firmado el 22 de enero de 1906 por el Vicario Apostólico de Antofagasta, Monseñor Luis Silva Lezaeta, Obispo de la Iglesia de San Francisco de Chiu Chiu.
La primera entrada realizada en el libro de registro de la parroquia de Calama por el cura Pedro Durango decía que la primera persona que se sumergió en la pila de la nueva parroquia fue Carolina Vásquez García, la entrada data del 1 de abril de 1906. Durante muchos años, la iglesia de Kalama no funcionó con regularidad, sino como capilla temporal. El sacerdote José Franta insistió en que el tan esperado edificio del templo se erigiera finalmente en la plaza que lleva el nombre del 23 de marzo. El propio padre de Frant, vestido con un mono sencillo, trabajó incansablemente desde el amanecer hasta el anochecer. Puso los cimientos y erigió los muros con sus asistentes, hizo todo lo posible para acelerar el proceso de construcción de la iglesia.
En 1927 se terminaron por completo los muros y el techo de la Iglesia de Calama, en la que la primera misa fue celebrada por el obispo Luis Silva Lezaeta. Pero el templo final se construirá solo muchos años después.
Su Santidad el Papa Pablo VI emitió una bula en 1965 sobre la separación de Kalama de la Arquidiócesis de Antofagasta y la erección de la Iglesia de Kalama al rango de catedral.
En 2001, el edificio de la catedral fue reconstruido con donaciones de la Corporación Nacional Chilena Codelco (la mayor productora de cobre del mundo).