Descripción de la atracción
El principal atractivo de la ciudad, que se ha convertido en su símbolo, es la Catedral Imperial. Por su posición elevada y dimensiones monumentales (longitud 134 metros, ancho 33 metros), la silueta de la catedral con cuatro torres y dos cúpulas es visible desde lejos. Este mayor monumento de arquitectura románica en suelo alemán en 1981 fue incluido en la Lista del Patrimonio Cultural y Mundial de la UNESCO.
La construcción de la catedral comenzó alrededor de 1025, durante el reinado de Conrado II. La catedral fue consagrada en 1061. Ya en 1041, se consagró su cripta, que sirvió como tumba de emperadores y reyes durante trescientos años. Bajo Enrique IV, se agregaron techos abovedados, torres y un ábside.
A lo largo de mil años, la catedral ha sido restaurada y complementada repetidamente, cambiando su apariencia. La mayor catástrofe de la historia de la catedral tuvo lugar en 1689, cuando los soldados del rey francés Luis XIV la destruyeron, dejando casi solo los muros, y profanaron los entierros de la catedral. En 1772-1784, la catedral fue restaurada y complementada con un vestíbulo y una fachada, pero pronto fue nuevamente capturada y profanada por los franceses. En 1846-1853, se llevó a cabo una completa restauración y decoración con magníficos frescos a cargo del rey bávaro Luis I.