Nápoles, un importante puerto marítimo y una de las ciudades italianas más densamente pobladas, es famosa por las vistas del volcán activo Vesubio y el magnífico panorama de la bahía de la ciudad. La gente viene aquí para tomar un sorbo del exotismo del sur del Mediterráneo, degustar auténtica pizza en su tierra natal y visitar los suburbios de Nápoles, donde se han conservado muchos lugares de interés antiguo.
Último día de Pompeya
Esta ciudad fue enterrada bajo una capa de ceniza volcánica en el 79 d. C. El Vesubio lo destruyó sin dejar rastro, y hoy Pompeya se llama museo al aire libre. Templos y basílicas, foros y baños, teatros y edificios residenciales: los arqueólogos han logrado restaurar docenas de objetos únicos escondidos bajo una capa de lava y ceniza.
El templo más antiguo de Pompeya está dedicado a Apolo. Su construcción se inició en el siglo VI a. C. hasta el día de hoy, los fragmentos de la columnata y la escultura de bronce de Apolo se han conservado perfectamente.
Las residencias de los pompeyanos causan una impresión especial en el viajero. Están decoradas con mosaicos y frescos que representan escenas de los antiguos mitos griegos, y los utensilios conservados demuestran el alto nivel de desarrollo de la economía de la gente del pueblo.
Digno de atención
En las listas del Patrimonio Cultural Mundial de la UNESCO, junto con Pompeya, hay otro antiguo suburbio de Nápoles. Herculano murió como resultado de la misma erupción del Vesubio. La antigua ciudad, según la leyenda, fue construida por el propio Hércules, durante mucho tiempo estuvo bajo la influencia de los antiguos griegos, luego fue capturada por los samnitas. Los romanos tomaron el control de Herculano en el siglo I a. C. y cien años después la ciudad fue enterrada bajo una capa de ceniza.
Uno de los descubrimientos más singulares durante las excavaciones de Herculano fue la villa de los papiros. La biblioteca privada contiene más de 1.800 pergaminos de la antigüedad. Los científicos creen que entre ellos pueden estar las obras de Aristóteles, Sófocles y Eurípides.
Lujo real
El suburbio norte de Nápoles, la ciudad de Caserta, es especialmente famosa. Aquí está el palacio real, que en el siglo XVIII se convirtió en el edificio más grande del Viejo Mundo. Más de 1.200 salas del palacio aún asombran la imaginación de los visitantes y sirven como escenario para filmar películas famosas no solo de directores italianos, sino también de maestros de Hollywood.
El magnífico palacio fue construido durante casi 30 años. Se tomaron como modelo el Versalles de París y el Escorial de Madrid, y el lujoso parque sigue siendo uno de los más grandiosos de Italia. En 1997, la UNESCO enumera el Palacio Real en los suburbios de Nápoles como Patrimonio de la Humanidad.