Descripción de la atracción
Entre los barrancos y gargantas de la parte central de la isla de Tasos, a una altitud de 450-500 m sobre el nivel del mar, se encuentra uno de sus asentamientos más antiguos: Castro (traducido del griego significa "fortaleza"). La historia del asentamiento se remonta a principios del siglo XV, cuando los genoveses construyeron una poderosa fortaleza en una pequeña meseta montañosa. Este lugar no fue elegido por casualidad. En la Edad Media, para protegerse de los ataques piratas, los habitantes de las islas construían en su mayoría asentamientos bien fortificados en lugares remotos lejos de la costa (generalmente en lo alto de las montañas). Durante mucho tiempo, el asentamiento floreció y defendió perfectamente a sus habitantes.
A fines del siglo XIX, Castro había caído en mal estado y estaba completamente desierto. Algunos de los residentes se trasladaron a las tierras bajas, donde las condiciones y el suelo fértil eran más adecuados para la agricultura. Muchos se establecieron en la nueva aldea "Limenaria", fundada por la empresa minera alemana Speidel, que comenzó a desarrollar depósitos de recursos naturales en estos lugares, y algunos residentes abandonaron la isla por completo en busca de una "vida mejor".
En el centro de Castro se encuentra la Iglesia de San Atanasio, bellamente conservada, el templo más antiguo y un importante monumento histórico de la isla. Según una inscripción conmemorativa, fue erigido en 1804. Casi toda la población de Castro participó en su construcción, y partes del castillo genovés, que para ese momento había sido destruido, se utilizaron como materiales de construcción. Sin embargo, las ruinas de las murallas de la fortaleza medieval se han conservado parcialmente hasta el día de hoy.
Durante muchos años el asentamiento estuvo vacío. Solo en los últimos años, algunas de las casas han sido renovadas y ahora se utilizan en verano y fines de semana. Hoy Castro es un hito bastante conocido de la isla. Aquí reina la atmósfera única de un asentamiento medieval, y las magníficas vistas panorámicas se abren desde lo alto de la meseta. También hay una pequeña taberna acogedora. Pero en realidad, Castro cobra vida durante la celebración del día de San Atanasio (18 de enero). En este momento, aquí se llevan a cabo festivales folclóricos masivos con canciones, bailes y delicias tradicionales para los que se reúnen la mayoría de los habitantes de Tasos.