Descripción de la atracción
Cuando se construyó la capilla de Santo Domingo de Guzmán en el monasterio de Santo Domingo, y esto sucedió en el siglo XVIII, la ciudad de Panamá existía desde hacía dos siglos. En aquellos días, ni siquiera era posible imaginar que en unos siglos la capilla se convertiría en el Museo Colonial de Arte Sacro, donde se presentaban objetos de culto religioso, guardados en las más ricas iglesias y casas particulares de este rincón de la ciudad. Nuevo mundo.
Una pequeña capilla blanca se encuentra cerca del edificio del monasterio de Santo Domingo, un edificio que alguna vez fue magnífico, erigido en 1678 y dañado por dos incendios que destruyeron la torre y los interiores del edificio. En el siglo XIX, después de que Panamá obtuvo la independencia, la construcción del monasterio fue arrebatada a la Iglesia Católica. Albergaba diversos comercios, como una panadería y un taller de carpintería. Hubo un tiempo en que el edificio del monasterio se convirtió en baños públicos. Antes de la construcción del Canal de Panamá, varios ingenieros estudiaron el arco del monasterio, que se convirtió en un ejemplo de diseño antisísmico.
La capilla del monasterio en el centro de Panamá Viejo fue restaurada en 1974 y rediseñada para las necesidades del museo. Algunas de las piezas expuestas en el museo fueron producidas por artesanos españoles. Otros, creados por artesanos estadounidenses, brindan información sobre la influencia del arte sudamericano en las técnicas tradicionales y los estilos del Viejo Mundo. Muchas de las exhibiciones fueron producidas en Quito o Lima y sorprenden con la sofisticación de su decoración. El más interesante entre los visitantes es el altar, que se salvó de los piratas de Henry Morgan. Un sacerdote local, observando los pogromos y robos en la ciudad, decidió salvar el altar dorado pintándolo con pintura negra. Los piratas no notaron el oro y no tocaron el altar.