La expresión “Rusia crecerá con Siberia” no ha sido escuchada solo por los perezosos, y esta afirmación implica un aumento no solo de los recursos naturales de esta enorme región rusa, sino también de las ciudades más bellas. Por cierto, algunos de ellos incluso aparecieron en billetes rusos. Por ejemplo, caminar por Krasnoyarsk indudablemente llevará a los turistas a la capilla de Paraskeva Pyatnitsa: esta obra maestra arquitectónica en particular está representada en uno de los billetes.
Paseos culturales en Krasnoyarsk
Un hecho interesante es que el Yenisei que atraviesa Krasnoyarsk divide la ciudad en dos partes, una de las cuales se encuentra en Siberia occidental y la segunda ya está en Siberia oriental. Como si este no fuera un gran centro regional, sino dos asentamientos ubicados a lo largo de las orillas del gran río Siberiano. Y dicen que incluso la mentalidad de los vecinos es diferente.
La margen derecha de Krasnoyarsk no es tan rica en vistas como su "colega" margen izquierda. En la parte de la margen derecha de las instituciones culturales, llama la atención el circo, llamativo por su grandioso tamaño, y el Teatro del Joven Espectador.
Mucho más interesante para los turistas es el puente ferroviario que conecta las dos orillas. A primera vista, está claro que ya ha celebrado su centenario. Los historiadores incluso sugerirán que en 1900 esta obra de arte vial recibió el Gran Premio y la medalla de oro en la Exposición Mundial, que se celebró en París. Junto con el puente, la famosa creación parisina del ingeniero Eiffel recibió el mismo premio.
Orilla izquierda de Krasnoyarsk
En esta orilla de la ciudad, se recogen muchos monumentos, incluida la principal obra maestra histórica y arquitectónica de la ciudad: la capilla, que se eleva 15 metros hacia el cielo. Además, se encuentra en el punto más alto de Karaulnaya Gora. Los arqueólogos han descubierto que anteriormente fue en este lugar donde se ubicó un templo pagano. Aquí se realizaban rituales y rituales, los tártaros-kachin servían a sus dioses. Fueron expulsados por los pioneros rusos que vinieron del oeste, y también construyeron una iglesia ortodoxa en el sitio de adoración de los dioses paganos.
Los residentes de la ciudad, independientemente de su religión, adoran este lugar, porque el mejor mirador se encuentra aquí: aparece el panorama de Krasnoyarsk y sus alrededores en todo su esplendor. También hay una pequeña sorpresa para los invitados: no lejos de este lugar hay un cañón que dispara al mediodía, como en San Petersburgo.